
Al comienzo de la lactancia, una de las preguntas más frecuentes es sobre la postura para amamantar a tu bebé. La verdad es simple: la mejor posición es aquella en la que tanto tú como tu bebé se sientan a gusto. A lo largo de la historia, madres y bebés han experimentado diversas posturas para la lactancia.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) señala que una buena postura para amamantar facilita la lactancia, e incluso ayuda a prevenir problemas como grietas, dolor de espalda o congestión mamaria. Por eso, conocer las poses para lactancia materna puede hacer toda la diferencia en tu experiencia.
En este artículo te compartimos las posturas más usadas, además de consejos, para saber cuáles posiciones para dar lactancia materna puedes probar en casa.
Cuando hay una buena postura para amamantar, el bebé se prende bien al pecho, succiona sin esfuerzo y obtiene toda la leche que necesita. Para ti, significa menos dolor, más confianza y una mejor producción de leche, ya que si el pecho se vacía de manera efectiva, tu cuerpo entiende que debe producir más.
Según La Leche League USA, dentro de la misma toma, la leche cambia su composición: al inicio es más ligera y rica en agua para hidratar, y conforme avanza, se vuelve más densa y rica en grasa, aportando la energía y los nutrientes que tu bebé necesita para crecer.
Una buena postura tiene beneficios como:
- Ayuda a la producción de leche. Si el pecho se vacía bien, tu cuerpo entiende que debe producir más.
- Evita congestión mamaria y mastitis. Cambiar de posturas para amamantar también ayuda a drenar los conductos de diferentes zonas de la mama.
Hay diferentes posiciones para amamantar y cada mamá -y bebé-, pueden encontrar la que les haga sentir más cómodos. Lo importante es lograr una posición correcta que favorezca un buen agarre, evite dolor y permita que tu bebé se alimente de manera eficiente.
Aquí te compartimos 9 posiciones para amamantar a tu bebé con sus beneficios y trucos para que la experiencia sea más fácil:
1. Posición de cuna
La posición de cuna para amamantar es quizá la más popular y la primera que la mayoría de las mamás prueban. Consiste en colocar al bebé de lado, con la cabeza descansando en el pliegue de tu codo, mientras su cuerpo queda alineado frente al tuyo.
Ideal para: bebés pequeños y mamás que buscan una postura clásica.
Tip: asegúrate de que la nariz del bebé quede a la altura de tu pezón para favorecer un buen agarre.
2. Posición de cuna cruzada
Muy parecida a la anterior, pero aquí sujetas la cabeza del bebé con la mano contraria al pecho que ofreces. Es una variante que da más control del agarre, sobre todo en los primeros días.
Ideal para: recién nacidos o bebés que necesitan ayuda extra para engancharse al pecho.
Tip: puedes usar un cojín detrás de su espalda para más soporte.
3. Posición de caballito
La posición de caballito para amamantar consiste en sentar al bebé a horcajadas sobre tu pierna, con su espalda recta y su cabecita apoyada en tu pecho.
Ideal para: bebés con reflujo, congestión nasal o dificultades de succión.
4. Posición de balón de rugby
En la posición rugby para amamantar colocas al bebé bajo tu brazo, como si fuera un balón de fútbol americano. Su cuerpo queda a tu costado y sus pies apuntando hacia atrás.
Ideal para: mamás que tuvieron cesárea, tienen gemelos o buscan descansar los brazos.
Tip: un cojín de lactancia puede hacer toda la diferencia para sostener el peso del bebé.
5. Posición acostada de lado
La posición acostada para amamantar es una salvación para las tomas nocturnas. Tú te recuestas de lado y colocas al bebé también de costado, frente a tu pecho.
Ideal para: descansar durante la lactancia, posparto con puntos o cesárea.
Tip: coloca una almohada en tu espalda o detrás del bebé para mantenerlos estables.
6. Posición semirecostada o “biological nurturing”
Aquí te recuestas en un ángulo de 45° y colocas a tu bebé sobre tu pecho. La gravedad ayuda a mantenerlo en su lugar y el contacto piel con piel favorece el agarre instintivo.
Ideal para: los primeros días tras el parto, cuando buscas comodidad y vínculo inmediato.
7. Posición vertical o koala
Muy parecida a la de caballito, pero con el bebé un poco más erguido, sentado sobre tu pierna o en portabebés.
Ideal para: bebés más grandes o con reflujo.
Tip: es práctica si tu bebé ya controla mejor la cabeza.
8. Amamantar en porteo o de pie
Sí, también se puede dar pecho mientras usas un portabebés. Solo necesitas ajustar la altura del bebé para que alcance el pecho sin forzar posturas.
Ideal para: mamás que necesitan moverse o tienen más de un hijo que atender al mismo tiempo.
9. Posiciones para amamantar a gemelos
Si tienes mellizos o gemelos, no te preocupes: hay posturas diseñadas para ustedes. Las más prácticas suelen ser:
Rugby doble: cada bebé bajo un brazo.
Cuna doble: ambos recostados en tus brazos al mismo tiempo.
La verdad es que más que hablar de “posiciones incorrectas para amamantar”, lo ideal es pensar en señales de que la postura no está funcionando bien para ti o para tu bebé. No existe una postura “prohibida” como tal, pero sí hay formas de cargar o acomodar al bebé que pueden hacer que el agarre no sea efectivo o que te causen molestias.
Posturas para amamantar a tu bebé que pueden dar problemas:
- El bebé solo agarra el pezón y no parte de la areola. Esto suele doler y no permite que succione suficiente leche.
- El cuerpo del bebé no está alineado. Si la cabeza está girada o el cuello torcido, tendrá que esforzarse más para succionar y tragar.
- Tú te encorvas demasiado hacia adelante. Una mala postura para ti genera dolor de espalda, hombros o cuello. Recuerda: el bebé debe acercarse a tu pecho, no al revés.
- El bebé se ve incómodo o arquea la espalda. Puede ser señal de que no está bien sujeto o no encuentra el agarre correcto.
Tip: Asiste a una clase sobre lactancia materna. Muchas clínicas y hospitales ofrecen talleres donde explican desde la posición correcta para amamantar hasta cómo identificar un buen agarre. Estas clases son espacios seguros para hacer preguntas y ganar confianza.
Encontrar la posición correcta para amamantar puede marcar la diferencia entre una experiencia difícil y una etapa llena de conexión con tu bebé. Recuerda que no hay una única postura “perfecta”; lo importante es que tanto tú como tu pequeño estén cómodos, que el agarre sea profundo y que la succión fluya sin dolor.
Lo esencial es escuchar a tu cuerpo y observar a tu bebé. Si notas molestias, no dudes en ajustar la postura o pedir apoyo: especialistas en lactancia, grupos de madres o incluso una simple clase pueden darte la seguridad que necesitas.
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